jueves, 29 de septiembre de 2011

Esto es el graffiti

Ahora bien, hay una zona de paredes con inscripciones y dibujos detrás de las cuales hay algo más que el insulto a un equipo de fútbol, o que un mural "bonito" pintado tranquilamente a plena luz del día a la cara de los transeúntes o que el encargo del rótulo de un negocio. Hay unas letras, a veces un personaje, a veces un icono... Lo cual identifico como una señal, como un símbolo, parece que pone algo... ¡Si! Un nombre, lo que me indica que detrás de esa pieza hay una persona, pero ¿quién? No parecen nombre corrientes parecen apodos, y ninguno de ellos coincide. También veo una técnica a la hora de hacer las formas de las letras, veo que todas son diferentes entre sí, aunque algunas tienen similitudes ¿quizás obras diferentes sean de una misma persona? Si, quizás. Quizás haga diferentes obras pero con algo característico en ellas, quizás esa persona busca un estilo o algo que la diferencie de los demás. También veo, a veces, las mismas inscripciones en obras totalmente diferentes... ¿Significa esto que son de la misma persona? O quizás... ¡Si! Eso es, quizás sea una inscripción que pongan varias personas... Ya lo tengo, ¡Un grupo! Quizás busquen ser más fuertes siendo varios componentes. Quizás estas personas estén unidas, aunque también veo algunas obras como tachadas o que hubiesen pintado encima, quizás se lleven mal unos con otros, o quizás... ¡Quién sabe que historias hay detrás de todo esto! En una de ellas pone: "Toy, no copies", vaya... ¿Qué será eso? ¿Un código secreto? Todo esto tiene que significar algo. Algunas de estas obras tienen fuerza, sin duda y un proceso fruto de una evolución y una técnica, aunque todas tienen un carácter, no se como decirlo... Espontáneo. Como que hubiesen sido realizadas con rapidez. O bien podrían haberse pintado de noche, a juzgar por algunas zonas peor coloreadas que otras, pero ¿Por qué? ¿Tendrían permiso para hacerlas? Y el dueño de la pared... ¿Qué opinará de ellas? ¿Serán para el un regalo o una desgracia? De todos modos, algo así de elaborado tiene que tener una razón de causa. ¿Por qué sino iba alguien a arriesgarse a realizar una obra elaborada durante un tiempo considerable, a plena noche y sin permiso y (esto es lo que más me cuesta entender) sin el beneficio de poder atribuirse la autoría de la obra en caso de que ésta fuese un buen trabajo? No parece encajar. Detrás de esto tiene que haber algo más, porque, ahora que recuerdo, este no es el único lugar de mi barrio en el que hay zonas enteras con este tipo de obras. Ni siquiera mi barrio es el único que tiene este tipo de zonas. Es más, si mal no recuerdo, en casi todas las ciudades en las que he estado hay multitud de zonas incluso más extensas que ésta. ¿Cómo puede ser que algo tan clandestino esté tan extendido? Verdaderamente detrás de todo esto tiene que haber algo. Ésto si que es graffiti.

martes, 27 de septiembre de 2011

¿Que es el graffiti?

El graffiti es una manifestación cultural, social y comunicativa que está presente y se involucra de manera activa en el ambiente metropolitano. Por eso es una necesidad indagar sobre su presencia y su función como elemento que expone una idea, una imagen y una concepción de mundo.

Alrededor del graffiti se teje una cultura y un modo de ser que no puede pasar desapercibido por una persona interesada en teorizar y observar los fenómenos comunicacionales existentes en la cotidianeidad del lugar donde se desenvuelve. No por el hecho de ser gratuitos, anónimos y “callejeros” pueden dejarse de lado ya que son una expresión cultural que hace parte de la comunicación humana y desempeñan una importante labor en la construcción de identidad citadina.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Graffiti en Cali

El graffiti como vandalismo ..... no creo esta es una forma de presion a el gobierno para que no nos nieguen los derechos que deberian ser gratuitos .

domingo, 25 de septiembre de 2011

No es arte

El graffiti no es arte. Arte es algo de que sientes orgullo, lo que quieres mostrar a todo el mundo, algo del que quieres que la gente lo conecta con tu nombre – como lo ha dicho Matthias. Con el graffiti es al revés: es un juego clandestino.
La Real Academia Española define “vandalismo” de la manera siguiente: “Espíritu de destrucción que no respeta cosa alguna, sagrada ni profana.” En realidad, esto es el graffiti. No respetas la propiedad de otra persona. Haces uso de un derecho que no tienes: tocas los derechos de otra persona. Pintar algo – sea bonito o no en tu propia opinión – en propiedad ajena siempre causa daño, no solo en la libertad de la persona ajena sino también causa pérdida económica. El graffiti también puede ser visto como una manera de robar algo. Para dibujar necesitas lápices – y hojas. No tener las hojas pero el deseo de dibujar algo no te autoriza a robarlas a tu vecino. Con el graffiti es lo mismo: los graffiteros pueden disfrutar y gozar de su “arte” siempre cuando tengan el permiso (sea en una exhibición o en otro lugar). Pero pintar en espacio público o propiedad ajena sencillamente es robo – y es indiscutiblemente algo ilegal..

sábado, 24 de septiembre de 2011

Tu que ves

No hay una repuesta directa a la pregunta si se trata de arte o de vandalismo respecto al graffiti. Eso se debe al hecho de que “graffiti” no es una palabra muy bien definida. Parece que la única característica indiscutida es el uso de un espray. Pero puede ser legal o ilegal, puede que el graffiti provoque o que sólo sea bonito y también puede ser que destruya algo o que no. Por eso no siempre se puede distinguir claramente entre graffiti como arte o como vandalismo. “Yo pienso que el graffiti es el lado más artístico del vandalismo o el lado más vandálico del arte…”, dice una pintora de graffitis. Es decir que, en cuanto al graffiti, no hay una frontera clara entre el arte y el vandalismo.
Por todo eso yo creo que sería más útil imaginarse un continuum entre arte y vandalismo en el que cada pieza de graffiti tiene que ser puesto en una posición diferente respecto a diferentes factores. Un factor podría ser la intención con la que se ha pintado el graffiti. Si alguien pinta para destruir algo, se trata inequívocamente de un acto de vandalismo. Sin embargo, si alguien pinta para llamar la atención de la gente sobre injusticias sociales o algo parecido, entonces, para mí, se trata más bien de arte ya que la persona usa el graffiti para expresar su opinión de una manera artística. Otro factor podría ser la plaza en la que se ha pintado la pieza. ¿Se trata de una pared de una casa privada o de una pared de un sitio público? También se puede preguntar si la pieza de graffiti es pintado de una manera artística o si sólo es un pintarrajo. Hay más factores. Lo importante es que miremos cada pieza sola y nos preguntemos si tiene más características de arte o más características de vandalismo y que no metamos todas las piezas de graffiti en el mismo saco.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Pensamiento

No pasa un sólo día en que no veo garabatos en los edificios y a veces veo pinturas completas en trenes o en paredes en túnels que me quedan mirandolas con diferentes sentimientos. Las miro con admiración o con abominación en cuanta a la destrucción de edificios nuevos y bonitos? Es una pregunta eterna, si el graffiti es arte o vandalismo. A continuación voy a intentar comentar el problema del graffiti.
En primer lugar hay que decir que, en cuanta a la ley, el graffiti está prohibido porque el Estado se ve como vandalismo cuando las “artistas” destruyen los edificios de una ciudad pintando sus logos y siglas. Pero hay muchas cosas ilegales que a pesar de esto la gente hace. Además, los escritores del graffiti dicen que lo hacen para destruir, para hacer algo ilegal y para sentir el riesgo del prohibido. Entonces, aceptamos el graffiti como arte o no?
En segundo lugar quisiera añadir que hay otra manera de ver todo en torno al tema de graffiti. No hay que olvidar que los jovenes que pintan son artistas serias, tienen talento, tienen muchas ideas, son creativos y, por supuesto, quieren llamar la atención. En mi opinion me gustan mucho los graffitis que están pintados muy bonitos y con una intención secreta que cada uno puede develar por si mismo. Es verdad que es una forma ilegal de espresar sus ideas o de rebelarse contra el sistema, pero hay que confesar que nadie le de cuenta si no lo hacen de manera ilegal y llamativa. Todas las ideas revolcuionarios necesitan una plataforma llamativa para que la sociedad se de cuenta.
En resumen podría decir que a mí me gusta el graffiti se está hecho inteligentemente, si las escritores de graffiti saben pintar y si los hacen en sitios donde está premitido. Lo que me da rabia es que cuando la ciudad edifique nuevas casas o fábricas nuevas y bonitas que gastaron muchísimo dinero, si los jovenes las estropean con garabatos feos y tontos. Si todas lo harían no tendrían una ciudad bonita, verdad?

miércoles, 21 de septiembre de 2011

La expresion es libre

El graffiti no es otra cosa más que el ejercicio del derecho a expresarse libremente e intentar alcanzar visibilidad entre los seres desconocidos que habitan esta selva de ladrillo y concreto. Es apenas entendible que si los canales destinan el contenido informativo a la presentación de sucesos que sólo afectan a un grupo pequeño, aquellos que tiene mucho que decir pero no encuentran un lugar en la radio, prensa o televisión para hacerlo, recurren a la estrategia de escribir en las paredes para manifestar lo que piensan, sienten y saben. El grafiti se consolida como una protesta contra la comunicación dominante que impide la incorporación de ciertos sectores cuando los ridiculiza o discrimina.

En el agitado ritmo de la vida actual muy poca gente se toma el tiempo de conocer al otro.
En la ciudad conviven y confluyen la diferencia y la diversidad cultural porque a ella llegan personas de lugares remotos para establecerse en busca de oportunidades y con miras a forjar un porvenir más próspero. Llegan personas que quieren integrarse a las actividades y rutinas capitalinas para tener voz y voto en todo lo que aquí acontece. Pero cuando muchos de ellos se estrellan con el impedimento para poder intervenir en los medios de comunicación oficiales, se ingenian la manera de hacerse sentir a través del graffiti. Dada la multiplicidad de pensamientos que concurren en la vida urbana y que no todos tienen cabida ni salida en los principales centros de distribución de comunicación, el graffiti facilita y ayuda a que todos tengan una tribuna para predicar sus filosofías, modos de ser y visiones del mundo.

El filósofo francés Emmanuel Levinas, habla sobre la cultura de aceptación del otro. Él se pregunta lo siguiente: “¿Qué sucede con la humanidad en su multiplicidad? ¿Qué decir del que está al lado del otro, del tercero y, con él, todos los demás? ¿Puede esta responsabilidad frente a otro que me hace frente, puede esta respuesta al rostro del prójimo ignorar al tercero que también es mi prójimo? ¿No me incumbe también él?” . Es indispensable conocer a los otros que cohabitan dentro del perímetro de la ciudad para que, de esta manera, se propicie la verdadera aplicación de la democracia. Pero como tanta belleza nunca es cierta, y esta solicitud de acoger al otro que es diferente de mí mismo es una mera especulación teórica; esos otros que se sientes aplacados y acallados irrumpen en la indiferencia por medio del graffiti.

Bogotá es una ciudad pluricultural en la que en vez de exaltar y respetar los valores culturales que forman la identidad de la sociedad, se tiende a desconocer el modo de vida y las creencias de gran parte de sus habitantes. Surge, entonces, el graffiti para hacerle el quite al desprecio y a la incomunicación en que muchos se encuentran sumidos. El graffiti es una muestra de oposición frente a la muerte expresiva de otro que necesita comunicarse para mantenerse vivo. Quien lee un graffiti se pone al tanto de la existencia tangible de alguien más que quiso decir algo. Eso es conocer al otro: oírlo, leerlo y verlo materializado en cualquier pared edificada a lo largo del territorio de la urbe.

Los problemas y situaciones que los medios ignoran y de los cuales se desentienden, son expuestos a la luz pública por los graffitis. Uno de los aforismos de la teoría funcionalista es que: “La publicidad colma la laguna entre actitudes privadas y moralidad pública” . En este contexto, el término publicidad puede sustituirse por el de graffiti. Lo que esta máxima significaría es que el graffiti hace visible lo que a los medios parece no preocuparles ni incumbirles. El graffiti funcionaría como el mecanismo a través del cual algunos se quejan del tratamiento preferencial y privado que dan los medios a determinados personajes y circunstancias del escenario urbano, dejando de lado episodios que son representativos, vitales, urgentes y necesarios para el resto de una buena parte de la sociedad.

El graffiti existe para hacer públicos los asuntos ocultos, para que todas las personas puedan acceder a él y enterarse de las diferentes opiniones y puntos de vista que se tejen en el centro de una democracia efectiva que en ocasiones parece desvanecerse en la conformación de “roscas” dirigentes, favoritistas y manipuladoras. Lo curioso es que se mantenga en reserva la autoría del graffiti ya que nadie se hace responsable de firmar su obra, pero eso es harina de otro costal y tema de otro posible comentario al respecto.

Para volver a lo que nos compete, cabe añadir que a los medios no les conviene monetariamente designar espacios a los más relegados. ¿Para qué darle voz a quien no le genera ganancias al canal?. Los dueños de los medios hegemónicos monopolizan los discursos y no se preocupan por los problemas de los más pobres, rechazados e ignorados sino por incrementar su lucro a toda costa; se muestran reacios a plasmar de modo crítico un mundo diferente al de las élites .

Pero a pesar de que los medios aíslen a un público potencial, éste encuentra en el graffiti la manera de resurgir entre las ruinas del olvido y posesionarse en medio de los principales lugares más transitados. Hay quienes se proponen la tarea de expresarse y se conectan con el mundo así el mundo no se quiera conectar con ellos. El graffiti es el conducto que les permite este acercamiento y resurrección en la sociedad. Hasta los sectores más distantes se comunican ya que “nadie se encuentra totalmente al margen de este mundo” .

Para hacerse visibles y reconocibles fácilmente, los grafitos están ubicados en espacios estratégicos donde un gran número de personas puede verlos y leerlos. Publicitariamente son muy eficientes ya que logran llamar la atención de un público considerado, y lo mejor de todo es que la pared sale gratis, no le cuesta nada a quien hace uso de ella. El precio que se paga es el de ser una expresión muy fugaz en el tiempo debido a que la borran de manera continua y constante.

A este carácter efímero del graffiti, Silva lo llama fugacidad, y se refiere a él en los siguientes términos: “La vida de estos grafemas no ofrece ninguna garantía de permanencia y pueden desaparecer o ser modificados o transformados inmediatamente después de su realización” . Pese a su corta y vulnerable existencia, el grafiti cobra sentido y funcionalidad en la medida en que le sirve a alguien para plasmar y reflejar su posición frente a la vida permitiéndole recubrirse de un aire invaluable de satisfacción.

He aquí una breve recopilación de graffitis selectos, copiados textualmente de la fuente de origen, que ilustran pensamientos sueltos de personas ávidas por emitir una señal. Algunos son tomados del libro “Punto de vista ciudadano”, otros han sido observados y recogidos directamente en diversas calles de la capital o de personas que han nutrido este escrito:

- Paz no es soltar las armas siendo guerra la vida del hombre
- La marihuana mata, pero que mata tan buena
- El siete a las siete
- Para qué la ecología si no estás conmigo
- Sexualidad es más que genialidad
- Jesucristo es el camino
- Mas ejercito (sic)
- Arriba las putas
- Catalina es una perra
- Yo pasé por aquí
- ¿Sabías que te amo? Att: tu gordito
- Andrés y Simón contra Uribe
- ¡Que viva Santafecino. El mejor equipo!
- Dios es negra
- De la salud y de la educa (sic) que se encarge (sic) el govierno (sic)